Cuando hablamos de limpieza pensamos en agua y jabón, pero confundimos limpieza con desinfección, ya que en esta se incluye la utilización de productos específicos para la eliminación de bacterias y gérmenes nocivos para nuestra salud.

Tres son los productos que nos pueden ayudar a mantener a raya a los temibles microorganismos, Lejía Amoniaco y Salfumán, aunque en este ultimo prefiero evitarlo ya que para la limpieza doméstica del día a día no es necesario.

Siempre recordar que son productos que desprenden vapores y es aconsejable mantener las estancias bien ventiladas durante su uso.

Lejía o Hipoclorito de sodio o lavandina o cloro o agua Jane……

Generalmente disuelta en agua, dependiendo de la superficie a limpiar, su poder oxidante la hace idónea para sanitarios y encimaras, su poder desinfectante es alto, bacterias, virus, mohos, levaduras, esporas, algas, protozoos y cualquier otro microorganismo cae a su paso.

Productos de limpiezaAmoniaco o hidróxido de amonio

A diferencia de la lejía este se utiliza para desengrasar superficies, idóneo para mobiliario de cocinas, cristales y tapicerías. Para encimeras hornos y campanas extractoras recomiendo un desengrasaste especifico.

Salfumán o cloruro de hidrógeno o agua fuerte o espíritu de sal o ácido marino

Potente desincrustante que elimina manchas de grasa y oxido. Es altamente corrosivo y muy nocivo para la salud, emite fuertes vapores y aunque su poder es indiscutible, personalmente su uso lo reduzco a casos realmente graves y bajo ningún concepto trasvasar ni mezclar con otros productos. Probar antes de su utilización en una superficie pequeña para evitar sorpresas. Recomiendo desincrustantes alternativos que que se pueden adquirir en cualquier supermercado.

En limpiezas Alquería apostamos por una limpieza eco-sostenible, en el mantenimiento diario utilizamos detergentes con ph neutro y microfichas por su alto poder absorbente y su fácil limpieza.

Recordar que la primera medida para una correcta desinfección comienza con nuestra higiene personal, tomar el hábito de lavarse las manos entre tareas para evitar el contagio.